Recorrerse la línea 5 de Madrid, entre los más solicitados




Los recortes están acabando también con los fabulosos viajes que hasta hace poco venían disfrutando las parejas de novios. Desde el pasado año, más de siete mil parejas españolas optaron por realizar su viaje de bodas recorriendo las estaciones de metro de su ciudad. La alternativa, que en un principio resultaba dramática por el tremendo mazazo que se propinaba al romanticismo del acontecimiento, se está convirtiendo sin embargo en una práctica cada vez más atractiva por la calidad de los servicios que las agencias de viajes están ofreciendo en sus paquetes. Asientos preferentes en el vagón de cabeza, periódicos gratuitos a estrenar, o un plano a todo color del trayecto son algunos de los extras que muchos programas están ya presupuestando junto con el clásico bonometro de diez viajes. En algunos de estos circuitos, los más caros, se llegan a recorrer hasta treinta y cinco paradas de metro, y ofrecen la posibilidad de comprar una extensión que permite salir al exterior en una de las paradas y tomar un pincho de tortilla y una bebida mediana. Lo más habitual, sin embargo, consiste en subirse en una estación determinada, con un billete sencillo, y hacer el recorrido de ida y vuelta, sin bajarse, y con una bolsa de picnic que proporciona la agencia. La sencillez de las gentes, los colores de los anuncios y la iluminación de los andenes son los aspectos del viaje más valorados por los novios. Varias agencias están ofertando ya la posibilidad de que el propio revisor del metro arroje un puñado de arroz a los novios en el momento de subir al vagón e incluso que el mismo agente se preste a recoger el ramo que la novia suele lanzar hacia atrás antes de partir.